Es muy habitual que un cliente pida “necesito que me homologues estos neumáticos” o “¿para homologar este coche?”. Otros, sin embargo, te consultan porque “quieren reformar su vehículo”. Entonces, ¿es lo mismo entonces homologar que reformar?
Homologar vs. Reformar
Aunque popularmente las personas sin un conocimiento previo del sector tienden a utilizar indistintamente dichos términos, en realidad son bien distintos.
La principal diferencia es que la homologación de un vehículo solo puede realizarse si este NO está matriculado, es decir, en vehículos nuevos. Sin embargo, una vez este es matriculado con matrícula definitiva española, lo que podemos hacer es reformarlo.
La homologación es un procedimiento por el cual un estado miembro de la Unión Europea certifica que un vehículo cumple una de las normativas marco de homologación de vehículos, siendo posible a partir de ese momento su matriculación en cualquier Estado de la UE. Este procedimiento sólo puede llevarlo a cabo un fabricante de vehículos.
Una vez tenemos matriculado un vehículo, y hemos procedido a realizar algún tipo de modificación no incluida en la homologación de éste, lo que haremos será una reforma. Esta reforma la puede solicitar directamente el titular del vehículo, siendo necesario llevar el mismo a una estación de ITV donde le legalizaran la misma.
En la ITV será preciso aportar previamente una serie de documentos entre los que se encuentran el proyecto técnico de un ingeniero (solo para determinadas reformas), el certificado del taller que ha llevado a cabo la reforma y el Informe de Conformidad de un Laboratorio de Automóviles autorizando la misma.
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